domingo, 15 de noviembre de 2015

Cuento: La Entidad

Era de noche cuando escuche pasos en la cocina, rápidamente desperté a mi esposo, yo desesperada me encerré en el cuarto de mis hijos. El reloj daban las doce en punto, mis hijos aun dormían, mi marido había bajado ya. Pobre de él lo que se iba a encontrar, porque no baje yo, esa noche oscura y torrencial, nunca la olvidare. Cuando él bajo se encuentra con un perro muerto encima de la mesa, y él se fijó en cada cuarto de la inmensa casa si había alguien a los alrededores, nadie en absoluto, pero mí gran duda era ¿De dónde había salido ese cadáver de perro?
A la mañana siguiente llame a la policía:
-Hola Oficial, necesito reportar un acto de vandalismo, en realidad ni se cómo denunciar esto.-le dije.
-Muy buenas, necesito primero su nombre, su dirección y la situación, así podremos mandar una patrulla a investigar-me respondió.
-Me llamo Emilie Mick, 32 Abbey Lodge, St Johns Wood road, NW8 9QT, encontramos un perro muerto en nuestra mesa, estaba con apuñaladas, a la noche escuchamos pasos.
-Enseguida mandaremos una patrulla-
A las 2 horas llego el patrullero, los niños yéndose al colegio por la puerta trasera, y los oficiales entrando por la puerta delantera. Los oficiales se llevaron los restos del perro, y pensé que todo iba a estar bien.
Las siguientes noches seguimos escuchando pasos, pero nada pasaba, ambos temíamos por la vida de nuestros hijos, asique decidimos encerrarnos los 4 en nuestra habitación, cosa que estemos todos juntos a salvo. A las 3:20 de la madrugada se escuchaban pasos en el ático, mi esposo por miedo dejo que sigan porque ya que anteriormente se había encontrado con la atrocidad del perro muerto. Cada vez se hacían más y más intensos, no los podíamos soportar más, cada vez más y más fuertes.
Y mi marido fue con mi hija más grande, a ver que era, escuche el grito de mi hija…. Salí corriendo a ver que era en brazos con mi hija más pequeña y mi marido había asesinado a mi hija, un cuchillo en su mano, sangre en el piso y el en shock, yo gritándole que había echo, y la nena más chiquita llorando.
Meses después nos divorciamos, el entro en la cárcel y yo me quede en esa maldita casa con mi hija Adamis de 5 años de edad, ella dormía a mi lado, habían pasado meses desde que no escuchábamos nada o que no pasaba nada y sin mi hija creo que no podría vivir, no podía dejarla sola asique, simplemente, decidí trabajar en el horario que ella iba al Jardín.
Un día así sin más, al volver del colegio y de mi trabajo, todos los muebles estaban dados vuelta, las cortinas rotas y mi ex esposo sentado en el medio de la habitación, diciendo: “Yo no fui, fue el,” una y otra vez, se levantó con un cuchillo en mano y se escuchaban pasos pero esta vez eran más potentes.
-¿Lyssandro? ¿Qué está pasando?- Dije
-Emilie, dame a Adamis, él la pide-Me respondió enfurecido.
-Aléjate de ella- La subí en mis brazos y mi instinto dijo que salga corriendo
-¡¡EL LA PIDE, LA NECESITA!!- grita desesperadamente y nos persigue.

Lo único que recuerdo era que él nos agarraba del cuello y que un auto se acercaba, un dolor punzante en mi columna, y nada más. 
                                                                -Carolina Benegàn

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